
en las Políticas Sociales de la V República:
una Mirada Especial a las Misiones
Desde sus orígenes el hombre ha experimentado un conjunto de necesidades, que si bien no eran definidas conceptualmente como tales estaban presentes en el desarrollo de su vida y frente a las cuales el mismo buscaba la manera satisfacerlas a través de los medios o recursos con los que contaba.
Esta satisfacción de necesidades se ha perfeccionado a lo largo del tiempo con el surgimiento de la figura del trabajo asalariado como medio a través del cual los seres humanos realizan una actividad productiva y reciben una remuneración por ello. Sin embargo dicha figura se ha visto amenazada por la presencia de la precariedad laboral debido a que los ingresos económicos que se perciben por la realización de un trabajo no cubren las necesidades básicas de una persona; trayendo como consecuencia el aumento de la informalidad laboral y disminución de las condiciones de trabajo saludables y estables.
En Venezuela, al igual que en muchos países de América Latina se evidencia la precariedad laboral, como lo menciona Rivas F. y Salazar N. en su articulo: “son precarios los empleos en los cuales se produce ausencia o evidente desmejora de las relaciones laborales donde se sustentan”; Con la existencia de trabajadores que prestan sus servicios sin estar apegados a ninguna regulación normativa y carentes de seguridad social con sueldos muy por debajo de los que corresponden legalmente. Aunado a esto la entrada al mercado laboral presenta una barrera de entrada con exigencia de altos niveles de formación educativa sobre todo universitaria, contratación en forma temporal, inestabilidad y desprotección que impide la satisfacción de las necesidades fundamentales.
Para contrarrestar el efecto negativo de la precariedad laboral en el país los gobiernos incluyendo el presente, han emprendido la ejecución de planes y programas sociales destinados a la atención de los sectores más vulnerables de la sociedad; entre estas misiones tenemos:
Esta satisfacción de necesidades se ha perfeccionado a lo largo del tiempo con el surgimiento de la figura del trabajo asalariado como medio a través del cual los seres humanos realizan una actividad productiva y reciben una remuneración por ello. Sin embargo dicha figura se ha visto amenazada por la presencia de la precariedad laboral debido a que los ingresos económicos que se perciben por la realización de un trabajo no cubren las necesidades básicas de una persona; trayendo como consecuencia el aumento de la informalidad laboral y disminución de las condiciones de trabajo saludables y estables.
En Venezuela, al igual que en muchos países de América Latina se evidencia la precariedad laboral, como lo menciona Rivas F. y Salazar N. en su articulo: “son precarios los empleos en los cuales se produce ausencia o evidente desmejora de las relaciones laborales donde se sustentan”; Con la existencia de trabajadores que prestan sus servicios sin estar apegados a ninguna regulación normativa y carentes de seguridad social con sueldos muy por debajo de los que corresponden legalmente. Aunado a esto la entrada al mercado laboral presenta una barrera de entrada con exigencia de altos niveles de formación educativa sobre todo universitaria, contratación en forma temporal, inestabilidad y desprotección que impide la satisfacción de las necesidades fundamentales.
Para contrarrestar el efecto negativo de la precariedad laboral en el país los gobiernos incluyendo el presente, han emprendido la ejecución de planes y programas sociales destinados a la atención de los sectores más vulnerables de la sociedad; entre estas misiones tenemos:
Rivas: tiene como finalidad de democratizar la educación dentro de un marco de integración a todas aquellas personas que no han podido culminar el bachillerato, garantizando el acceso a un sistema educativo de calidad para todos los venezolanos.
Piar: incluye un conjunto de actividades a aplicar en las comunidades mineras del
Estado Bolívar, con miras a lograr el desarrollo sustentable de la pequeña minería.
Miranda: crea una reserva militar entre las personas que una vez sirvieron al Ejército.
Mercal: tiene como misión efectuar el mercadeo y comercialización, permanente al detal de productos alimenticios y otros productos de primera necesidad, manteniendo la calidad, bajos precios y fácil acceso, para mantener abastecida a la población venezolana.
Barrio Adentro: pretende desarrollar en la salud, educación, cultura y deporte en las comunidades más necesitadas del país.
Zamora: a través del cual se adjudicarán las tierras agrícolas a los campesinos, conjuntamente con la entrega oportuna de créditos agrícolas, maquinarias, obras de infraestructura, capacitación y asistencia técnica, y transformarlas en unidades económicas productivas.
Robinson II: dirigida a la formación educativa en la primera y segunda etapa de la escuela básica en adultos de la población egresada de la Misión Robinson I y la población excluida del sistema educativo formal.
Sucre: tiene por objeto garantizar el acceso a la educación universitaria a todos los bachilleres sin cupo y transformar la condición de excluidos del subsistema de educación superior.
Vuelvan Caras: es un plan masivo por el cual los sectores populares más deprimidos de la sociedad pudieran ubicarse al mercado laboral venezolano formal e informal.
Robinson I: tiene como finalidad enseñar a leer y a escribir a los venezolanos.
Una de las características más importantes de cada uno de estos planes y programas, es la incorporación del elemento humano para el fortalecimiento social. Sin embargo se hace necesario evaluar el grado de respuestas de dichos programas a los problemas de precariedad presentes en el mercado laboral venezolano.
Finalmente considero irrefutable lo mencionado por Rivas F. y Salazar N. en su articulo: “Pese a los esfuerzos legislativos, y la revisión constitucional, la falta de una política clara en cuanto a la conducción de los regímenes previsionales, no ha permitido hasta el momento que los trabajadores del país gocen de un sistema de relaciones laborales que consolide los derechos que le asisten”. Es cierto que las misiones cumplen una función social de inclusión pero no garantizan las mejoras de las condiciones laborales de los venezolanos.
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